Abstract: La repercusión social de las enfermedades cardiovasculares, por su incidencia y prevalencia, desemboca en una intervención planificada sobre éstas basada en la prevención primaria y secundaria. La cardiopatía isquémica es la principal causante de este tipo de enfermedades, que suponen un consumo elevado de recursos humanos y materiales a corto y largo plazo. En cabeza de la cardiopatía isquémica se encuentra el síndrome coronario agudo sin elevación del ST (SCASEST), con una frecuencia superior a otros eventos, cuyo representante de mayor gravedad clínica es el infarto agudo de miocardio sin elevación del ST (IAMSEST). Cuando la prevención primaria es insuficiente, surgen eventos cardíacos que requieren cuidados de enfermería precisos y una serie de actividades que se llevarán a cabo en colaboración con otros profesionales sanitarios. Ante un episodio de IAMSEST el profesional de enfermería colabora durante el proceso diagnóstico y terapéutico, ambos en ámbito intrahospitalario. La unidad de cuidados intensivos (UCI) acoge a este tipo de pacientes que necesitan cuidados que aborden, de forma holística, la esfera biopsicosocial que se genera en torno a éstos. Además, dada la alta morbimortalidad, el número de reingresos generados por la cardiopatía isquémica y la repercusión familiar o laboral, la educación sanitaria es una herramienta de trabajo sobre los factores de riesgo que puede mejorar los resultados de muerte, reinfarto, etc. Por ello, la introducción precoz de una estrategia planificada de educación puede resolver la aparición de nuevos eventos isquémicos y mejorar las cifras de reingresos hospitalarios.