Resumen: La actividad física (AF) ha demostrado tener múltiples beneficios sobre la composición corporal y la prevención de enfermedades que clásicamente se habían considerado propias del adulto. Entre ellas encontramos la disminución la adiposidad y con ello la disminución del riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, hígado graso y dislipemia. La actividad física, especialmente aquella de mayor intensidad, ha demostrado disminuir el riesgo cardiovascular en la infancia. Otros beneficios son la mejora de la capacidad aeróbica, de la fuerza muscular, de la capacidad cognitiva y del rendimiento escolar. Debido a todos estos beneficios, en 2010, la OMS propuso la recomendación sobre actividad física para la edad escolar (5-17 años) que consistía en realizar mínimo una hora de actividad física moderada-vigorosa (AFMV) al día. Posteriormente, otros países como Canadá y Estados Unidos objetivaron que los beneficios anteriormente descritos aumentaban si, además de cumplir con la recomendación de AF, se disminuían las conductas sedentarias y se respetaba un mínimo de horas de sueño nocturno al día. Es por ello que, en 2020, la OMS amplió sus recomendaciones no sólo a una hora de AFMV sino también a la realización de actividad física vigorosa (AFV) tres días por semana y la limitación del sedentarismo. En la actualidad, a pesar de que se ha constatado que todas estas medidas son beneficiosas, todavía existe controversia sobre el número de horas e intensidad de AF y el límite de tiempo de sedentarismo óptimos para mejorar la composición corporal en la infancia. Pese a estas recomendaciones y la amplia bibliografía que existe al respecto, los niveles de AF y de sedentarismo siguen siendo alarmantes en nuestro medio y en el resto del mundo. Tan sólo un 31% de los niños y un 15% de las niñas españolas de entre 3 y 14 años cumplen con la recomendación de realizar una hora al día o más de AFMV. Estas cifras varían según la población estudiada, pero todos los estudios, concluyen que una amplia mayoría de los niños incumplen las recomendaciones de AF de la OMS. Existen pocos estudios en nuestro entorno que analicen la composición corporal y la AF con métodos objetivos. Esto es, la composición corporal mediante absorciometría dual de rayos X (DXA), el método de elección; y la AF mediante acelerometría y no con cuestionarios que han demostrado una subjetividad importante. Por ello, el objetivo general de la Tesis fue analizar el efecto de la actividad física sobre la composición corporal (adiposidad y salud ósea) en niños en edad escolar y, como objetivos específicos, analizar los demás hábitos de vida saludables y estudiar la influencia del cumplimiento de las recomendaciones internacionales sobre el compartimento graso. Para ello, se estudió la cohorte de 308 niños y niñas de 7 años seguidos desde el nacimiento que forman parte del proyecto CALINA. Este proyecto longitudinal incluye una amplia lista de variables perinatales, sociodemográficas y de crecimiento con las que se han podido ajustar los análisis estadísticos eliminando así la influencia de aquellas que fueran factores de confusión. Los resultados de esta tesis se agrupan en varios artículos de investigación. En el primer artículo, se analizó la influencia de la AFMV sobre el compartimento graso cuando los niños tenían 7 años. Se valoró la composición corporal en el laboratorio del grupo GENUD (Universidad de Zaragoza) mediante DXA, determinando las siguientes variables: Índice de masa grasa (IMG), Índice libre de masa grasa (ILMG), porcentaje de grasa y adiposidad abdominal. También se llevaron a cabo cuestionarios sobre hábitos dietéticos (FFQ) y sobre tiempo de uso de pantallas. Por último, se solicitó a los participantes que portaran un acelerómetro en la cadera durante una semana para conocer así de manera objetiva los niveles y duración de actividad física que realizaron. Tras la recogida de datos, se llevó a cabo un análisis estadístico descriptivo para conocer la composición corporal de los niños activos y de los inactivos, según criterios de la OMS. Posteriormente se realizaron regresiones lineales para analizar la asociación entre la AF y las distintas variables de adiposidad analizadas en tres modelos ajustados por las distintas variables sociodemográficas y de hábitos. Por último, se realizó un análisis de covarianza, ANCOVA, de los grupos activo e inactivo respecto a las variables de composición corporal. Los resultados obtenidos en este artículo fueron los siguientes: el porcentaje de niños que cumplieron la recomendación de AFMV de la OMS fue superior al de niñas. Tanto en niños como en niñas se demostró una asociación negativa entre los minutos de AFMV realizados por día y la grasa corporal y abdominal. Tras ajustar por las variables de hábitos (pantallas y alimentación), se demostró que en los niños y niñas que cumplían con la recomendación de tiempo diario de AFMV de la OMS, la adiposidad fue menor que en los que no la cumplían. En el segundo artículo, se analizó el compartimento óseo en relación con la AF en la misma cohorte, en este caso de 287 niños de 7 años. La metodología empleada fue similar salvo por el uso del pQCT (Peripheral quantitative computed tomography) para el estudio del compartimento óseo. Este método ha demostrado una sensibilidad mayor que el DXA para la valoración del hueso ya que tiene en cuenta, no sólo su composición si no también su geometría. El estudio pQCT se llevó a cabo sobre la tibia izquierda siguiendo los estándares utilizados en estudios similares. Las variables obtenidas fueron: densidad mineral ósea (DMO) mediante DXA y, el resto, contenido mineral óseo (CMO), espesor cortical, área ósea y resistencia ósea mediante pQCT. Los resultados aportaron que los niños tienen una mayor densidad mineral ósea y contenido mineral óseo que las niñas. Los niños y niñas que cumplían la recomendación de tiempo diario de AFMV, poseían un mayor contenido mineral óseo a nivel trabecular. Los niños tuvieron una asociación positiva entre el tiempo de AFMV y el CMO trabecular mientras que en las niñas la presentaron con el CMO cortical. En el tercer artículo se estudió el grado de cumplimiento de las nuevas recomendaciones de actividad física de la OMS (2020) y de la guía de actividad física canadiense (2016), así como su relación con el compartimento graso. Estas recomendaciones añaden, a la clásica de realización de una hora o más de AFMV para la edad pediátrica, otras como la realización de AFV tres días por semana, limitación del sedentarismo, limitación del uso de pantallas a un máximo de dos horas al día y alcanzar un mínimo de nueve horas al día de sueño nocturno. Las variables de actividad física fueron analizadas mediante acelerometría, las de hábitos de sueño nocturno y sedentarismo mediante cuestionario y las variables de compartimento graso mediante DXA. Se llevó a cabo un análisis descriptivo y analítico de la composición corporal, hábitos (dieta, sueño y uso de pantallas), grado de cumplimiento de las recomendaciones y su asociación con la adiposidad separados por sexo. Los principales resultados de este estudio mostraron que casi la totalidad de los niños y niñas cumplieron con el tiempo de sueño nocturno recomendado y el 60% cumplió la limitación de uso de pantallas. El cumplimiento de todas las recomendaciones se confirmó en el 40,3% de los niños y el 31,8% de las niñas. Los niños y niñas que cumplieron todas las recomendaciones, mostraron menor porcentaje de grasa que aquellos que cumplieron sólo alguna. Como conclusión, las nuevas recomendaciones de la OMS y de la guía Canadian-24h-movement, que añaden recomendaciones relacionadas con el sedentarismo, parecen más apropiadas para conseguir un beneficio sobre el compartimento adiposo en niños y niñas en edad escolar. Los tres artículos incluidos en esta Tesis ponen de manifiesto la importancia de la actividad física en la infancia. Se puede concluir que la AF, en concreto el cumplimiento de las recomendaciones internacionales, disminuye el compartimento graso y aumenta el óseo, aspectos que tienen relevancia en la prevención de enfermedades en la edad adulta. Tanto el grado de cumplimiento de las recomendaciones internacionales para la actividad física como los beneficios sobre la composición corporal difieren entre los niños y las niñas de nuestro estudio, mostrando que los niños son más activos y consiguen una mejora global más evidente en la composición corporal.