| TAZ-TFG-2020-887 |
Análisis de la encuesta nacional de Comportamientos y Actitudes del Médico/a ante su Proceso de Enfermar (CAMAPE) desde la perspectiva de género.
Sebastián Sánchez, Inés
Astier Peña, María Pilar (dir.) ; Marco Gómez, Bárbara (dir.) ; Pérez Álvarez, Candela (dir.)
Universidad de Zaragoza,
MED,
2020
Graduado en Medicina
Resumen: OBJETIVOS. Describir las diferencias entre médicos y médicas en su proceso de enfermar a través del análisis de la encuesta CAMAPE (Comportamientos y Actitudes del Médico/a ante su Proceso de Enfermar).
MÉTODO. 1. Análisis estadístico por sexo de cada variable de la encuesta CAMAPE. 2. Creación de diferentes modelos de comportamiento respecto a la enfermedad para el grupo de médicos/as en activo y análisis multivariante de las diferencias entre géneros mediante regresión logística binaria.
RESULTADOS. Han respondido 4308 médicos/as (1858 hombres y 2450 mujeres) de las etapas profesionales (MIR, Activos y Jubilados) corroborando la feminización de la Medicina y mostrando diferencias estadísticamente significativas entre el comportamiento de hombres y mujeres. Las mujeres son más jóvenes y trabajan en especialidades médicas del sector público. Los hombres cuentan con más años y más horas semanales trabajadas. Están más representados en el sector privado y más frecuentemente casados. Los hombres sufren más enfermedades crónicas que las mujeres y ellas tienen un mejor estado de salud percibido. Pero, son ellas quienes tienen un mayor porcentaje de autoprescripción de analgésicos y quienes cuentan con periodos de baja más largos. Hombres y mujeres coindicen en la relación directa entre salud y trabajo, siendo ellas quienes más admiten que el trabajo ha condicionado su salud y las que más acuden a trabajar estando enfermas por miedo a perder su trabajo. Ambos géneros, especialmente hombres, presentan conductas de riesgo en relación con el cuidado de su salud (consultas informales, automedicación, falta de médico/a de familia, alcohol). A pesar de una alta satisfacción laboral, refieren ansiedad en un alto porcentaje, tres veces más que la población general. Ambos géneros estarían dispuestos a renunciar a la confidencialidad para agilizar el proceso diagnóstico. Ser médico/a-paciente ha sido beneficioso para todos/as en la atención recibida. Las mujeres se sienten más inseguras cuando atienden a compañeros enfermos y solicitan recibir formación para ello.
CONCLUSIONES. Tomar conciencia del proceso de enfermar de los médicos/as es esencial para la mejora de la calidad asistencial. Trasladar a la práctica las propuestas del análisis de esta encuesta nacional y profundizar en algunas diferencias constituirá la siguiente etapa del proyecto de investigación.
MÉTODO. 1. Análisis estadístico por sexo de cada variable de la encuesta CAMAPE. 2. Creación de diferentes modelos de comportamiento respecto a la enfermedad para el grupo de médicos/as en activo y análisis multivariante de las diferencias entre géneros mediante regresión logística binaria.
RESULTADOS. Han respondido 4308 médicos/as (1858 hombres y 2450 mujeres) de las etapas profesionales (MIR, Activos y Jubilados) corroborando la feminización de la Medicina y mostrando diferencias estadísticamente significativas entre el comportamiento de hombres y mujeres. Las mujeres son más jóvenes y trabajan en especialidades médicas del sector público. Los hombres cuentan con más años y más horas semanales trabajadas. Están más representados en el sector privado y más frecuentemente casados. Los hombres sufren más enfermedades crónicas que las mujeres y ellas tienen un mejor estado de salud percibido. Pero, son ellas quienes tienen un mayor porcentaje de autoprescripción de analgésicos y quienes cuentan con periodos de baja más largos. Hombres y mujeres coindicen en la relación directa entre salud y trabajo, siendo ellas quienes más admiten que el trabajo ha condicionado su salud y las que más acuden a trabajar estando enfermas por miedo a perder su trabajo. Ambos géneros, especialmente hombres, presentan conductas de riesgo en relación con el cuidado de su salud (consultas informales, automedicación, falta de médico/a de familia, alcohol). A pesar de una alta satisfacción laboral, refieren ansiedad en un alto porcentaje, tres veces más que la población general. Ambos géneros estarían dispuestos a renunciar a la confidencialidad para agilizar el proceso diagnóstico. Ser médico/a-paciente ha sido beneficioso para todos/as en la atención recibida. Las mujeres se sienten más inseguras cuando atienden a compañeros enfermos y solicitan recibir formación para ello.
CONCLUSIONES. Tomar conciencia del proceso de enfermar de los médicos/as es esencial para la mejora de la calidad asistencial. Trasladar a la práctica las propuestas del análisis de esta encuesta nacional y profundizar en algunas diferencias constituirá la siguiente etapa del proyecto de investigación.
Tipo de Trabajo Académico: Trabajo Fin de Grado
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