Resumen: Objetivos: Sintetizar la evidencia actual disponible sobre los aspectos clínicos relevantes de las convulsiones neonatales. Diseño: Se ha realizado una búsqueda sistemática en diferentes bases de datos (Apéndices I, II y III) y últimas ediciones disponibles de los textos más relevantes del área. Finalizando esta síntesis, se muestra el caso de un recién nacido de 3140 g. de peso con encefalopatía hipóxico-isquémica y hemorragia parenquimatosa que presentó convulsiones clónicas y sutiles al día de vida. Tras su ingreso en la unidad de cuidados intensivos neonatales y el procedimiento diagnostico-terapéutico oportuno, fue dado de alta con leve hipotonía y con revisiones programadas. Resultados: La incidencia varía de 1,8 a 3,5 casos por cada 1.000 nacidos vivos. La causa más frecuente es la encefalopatía hipóxico-isquémica, tras la cual se encuentran las hemorragias cerebrales y trastornos metabólicos, entre otros. El diagnóstico se fundamenta en aspectos clínicos, siendo complejo detectar la existencia de actividad convulsiva dado su particular modo de presentación. La vídeo-electroencefalografía continua es la prueba complementaria de referencia para su tipificación clínica, siendo las pruebas de imagen herramientas fundamentales para detectar el origen de las mismas. El tratamiento de elección para las crisis es el fenobarbital, si bien existen múltiples opciones terapéuticas que se postulan como fármacos de segunda y tercera línea. Actualmente, existe una gran heterogeneidad en lo relativo a la terapéutica de esta entidad; y protocolos, directrices y guías de práctica clínica son reclamadas a nivel nacional e internacional. La mortalidad y el desarrollo subsecuente de trastornos neurológicos varía en función del origen de la actividad crítica. Conclusión: Las convulsiones en el recién nacido son un proceso grave que debe ser tratado con urgencia. La causa más frecuente es la encefalopatía hipóxico-isquémica. Su diagnóstico es fundamentalmente clínico, apoyado en pruebas complementarias supeditadas a su disponibilidad. El tratamiento de primera línea es el fenobarbital. La proyección pronóstica depende enteramente de la etiología subyacente a las crisis.