Resumen: Participar en la vida política no es un estilo de vida fácil, pero el joven Séneca sintió entusiasmo por ello y se convirtió en el hombre de Estado más poderoso – tras el emperador, claro. Sin embargo, tras unos cuantos años de gobierno, Nerón comenzó a gobernar el Imperio por su cuenta y ya no necesitó más consejeros. Llegado este punto, un sexagenario Séneca cambió su opinión y la vida tranquila lejos del poder prevaleció por encima de la corte llena de conspiraciones. Esto es lo que refleja en las tres epístolas (XIV, XXII & LXXIII) traducidas y comentadas mediante un análisis filológico en este trabajo: el estoicismo radical da paso a un epicureísmo más seguro.