Resumen: La leishmaniosis canina es una enfermedad vectorial transmitida por flebótomos a perrossusceptibles. Mediante la picadura de flebótomos hembras infectadas, se inocula el parásito responsable de la enfermedad: el protozoo Leishmania infantum. La respuesta inadecuada del sistema inmune del perro ante la presencia del parásito y la acción de las proteínas salivares del flebótomo favorecen la diseminación del parásito en el organismo y el desarrollo de lesiones y signos variables en los animales susceptibles. Las lesiones por depósitos de inmunocomplejos son particularmente importantes en esta enfermedad y pueden necesitar un tratamiento específico. El diagnóstico de la leishmaniosis canina, así como la detección de enfermedades concomitantes, son clave para el éxito del tratamiento. La estadificación del paciente, en función de su sintomatología, de las alteraciones laboratoriales y de los resultados de la serología cuantitativa, permite al veterinario elegir el protocolo de tratamiento más adaptado al paciente. El seguimiento del paciente es fundamental a la hora de detectar posibles efectos secundarios y resistencias al tratamiento, además de permitir anticipar las recidivas de la enfermedad postratamiento. Hoy en día, no existe tratamiento completamente curativo frente a la leishmaniosis canina, por lo que la prevención con vacunas, insecticidas de acción repelente e inmunoestimulantes sigue siendo la mejor opción para controlar la leishmaniosis canina.