Resumen: La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), causada por el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), se ha convertido en una amenaza para la salud mundial. La mayor parte de los esfuerzos diagnósticos y terapéuticos se centran en sus consecuencias respiratorias, sin embargo, no se deben ignorar las manifestaciones en otros órganos, como los ojos, que además, se han vinculado con vías alternativas de transmisión. La transmisión de este virus es un tema de especial interés, ya que es importante comprender las medidas de protección y prevención más efectivas. Se ha detectado ARN del SARS-CoV-2 en las lágrimas de los pacientes infectados, además, la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2), una proteína receptora utilizada por el virus para ingresar a la célula, se ha hallado en la superficie de varias estructuras oculares, lo que sugiere que los ojos podrían servir como puerta de entrada y reservorio para la transmisión viral. Desde el inicio de la pandemia han surgido numerosos informes de anomalías oculares. Los posibles mecanismos patogénicos incluyen la actividad directa del agente viral, así como la respuesta inflamatoria sistémica con complicaciones tromboembólicas concomitantes. La patología reportada con mayor frecuencia es la conjuntivitis, que puede ser la primera o única manifestación clínica de la enfermedad. También se ha informado la participación del COVID 19 en el desarrollo de patología en otras estructurales oculares, como la cornea, la retina y los vasos sanguíneos. Además, se ha asociado con manifestaciones neurológicas que afectan a la visión y enfermedades sistémicas como la diabetes mellitus y la enfermedad de Kawasaki, que son particularmente relevantes para los oftalmólogos debido a sus manifestaciones oculares potencialmente graves. Las medidas adoptadas para el control de la pandemia han afectado a los servicios de oftalmología y a la salud ocular de la población. El uso de mascarillas, el retraso en las consultas y el miedo a contraer la infección han tenido consecuencias, además del aumento de los pacientes ingresados en cuidados intensivos. Para luchar contra ella se han desarrollado y aprobado vacunas contra la COVID-19, siendo importante conocer los eventos oculares adversos posteriores a la vacunación.