Resumen: La política aperturista del Franquismo a partir de los años 60 provocó enormes transformaciones en la sociedad española y, a su vez, sin pretenderlo, favoreció el desarrollo de diferentes movimientos sociales (obrero, nacionalista, estudiantil, vecinal, feminista, etc) que convergieron en una idea compartida: sus reivindicaciones solo se resolverían con el fin de la Dictadura. La presión ejercida por estos movimientos fue determinante para la llegada de la democracia debido a que hizo entender a las élites políticas y económicas que la calle no iba a permitir la existencia de un franquismo sin Franco. La Transición no fue obra de unos pocos, sino de la lucha de muchos que desde las fábricas, la universidad, y los barrios se convirtieron en los mayores defensores de la libertad. Cuando ésta por fin llegó, la fuerza de estos movimientos sociales se fue apagando para favorecer el consenso político.