Resumen: Después de la IGM, el continente sufre una etapa de transformaciones políticas. Por un lado, a los países occidentales les basta con aplicar pequeñas reformas e incorporar a sectores obreros a los sistemas liberales para asegurar su estabilidad. Por otro lado, en los territorios de los antiguos Imperios centroeuropeos, se proponen nuevos Estados-Nación con sistemas políticos liberales, que no consiguen asegurar la estabilidad ni la integración política y terminan sucumbiendo a los intentos revolucionarios o a los autoritarismos y fascismos. En este contexto europeo, España atraviesa por la mayoría de posibles sistemas políticos. A lo largo del periodo de entreguerras, España tiene de régimen: un sistema liberal conservador, un régimen autoritario, un sistema liberal democrático, intentos revolucionarios y una dictadura con elementos fascistas. En este proceso, la II República se crea con el fin de transformar el país, fomentar la integración política y evitar la inestabilidad mediante un sistema democrático y una serie de reformas reguladas por la Constitución de 1931, una tarea que no se consigue.