Resumen: La Revolución Francesa inició un nuevo proceso transformador que vino a sacudir los cimientos del viejo mundo absolutista. En el aspecto que nos concierne, los conflictos bélicos, se va a enterrar para siempre el modo de hacer la guerra medieval, donde encontrábamos dos o más Ejércitos enfrentados, cuyo fin era la doblegación del enemigo y la imposición de la voluntad del vencedor. Sin embargo, la guerra contemporánea iba a iniciar una serie de prácticas que suponían lo que hemos llamado una “totalización de los conflictos”, es decir, la total implicación en la guerra de toda la población: civil y militar. El siglo XX, con sus dos guerras mundiales, supone la máxima expresión de la guerra total, ya que combina tres elementos que he considerado que son claves: la mundialización de los conflictos, el acoso a las retaguardias y el hecho de que ciencia y avances tecnológicos se encuentren supeditados a las necesidades bélicas de los contendientes. Por lo tanto, partiendo del concepto de guerra total y de la brutalización de los conflictos, vamos a tratar de establecer una visión panorámica de la guerra en el mundo contemporáneo. Desde Napoleón hasta Hitler, desde que las monarquías absolutas hicieran frente común ante la revolución hasta la derrota del nazismo a manos de las potencias aliadas en el verano de 1945.