Resumen: El crecimiento humano se caracteriza por su dinamismo y complejidad, siendo el proceso fisiológico más representativo de la infancia. Multitud de mecanismos genéticos, hormonales y ambientales determinan su adecuada progresión desde el periodo fetal hasta la adolescencia. El crecimiento normal se compone de tres periodos evolutivos: fetal-primera infancia, prepuberal y puberal. Cada periodo está regulado por diversos mecanismos hormonales (insulina e IGFs en periodo fetal, GH en periodo prepuberal y GH junto a esteroides gonadales en pubertad) y se caracteriza por la variabilidad de la velocidad de crecimiento, que alcanza su máximo en los primeros años de vida y la pubertad. Alteraciones en los mecanismos reguladores del crecimiento pueden desencadenar un enlentecimiento o detención del mismo, de carácter reversible o permanente, condicionando una talla baja armónica o disarmónica. En términos generales, la definición de talla baja engloba toda talla situada por debajo de – 2 DE para una determinada población; así como una velocidad de crecimiento inferior a – 1 DE mantenida durante años. Existen numerosas causas capaces de precipitar un fracaso del crecimiento en la infancia, siendo éstas identificables en tan sólo un 20% de los casos que consultan por talla baja. Algunos casos de hipocrecimiento armónico pueden comenzar antes del nacimiento (recién nacido pequeño para la edad gestacional), consecuencia de la interacción de factores materno-fetales durante la gestación. Otros son de inicio postnatal, secundarios a enfermedades intercurrentes crónicas, estados de malnutrición, iatrogenia o factores psicosociales desfavorables. Las displasias osteocartilaginosas, generalmente de origen genético, condicionan un hipocrecimiento disarmónico congénito. La mayoría de los casos de retraso del crecimiento son de origen idiopático, con un predominio de las variantes de la normalidad (talla baja familiar y retraso constitucional del crecimiento y el desarrollo), causa más frecuente de talla baja en la infancia. En definitiva, la talla baja es un motivo muy frecuente de consulta en Endocrinología Pediátrica, que requiere un abordaje diagnóstico-terapéutico precoz para amortiguar los efectos deletéreos de la enfermedad sobre el crecimiento.