Resumen: La historia relata el recorrido que hace Beatrice desde que muere hasta que se reencuentra con Dante. Al morir, su alma quiso ascender y fue desprendiéndose de sus partes del cuerpo físico por “los mundos anteriores al Uno”, entendiendo al Uno como una representación del Dios cristiano y estos mundos como una libre interpretación de lo que ocurre tras la muerte. La presencia de Dante en el infierno acercándose a ella hizo que el alma reaccionara y el cuerpo se volviera a recomponer. Pero, como siempre, cuesta menos perderse que encontrarse. Así pues, Beatrice (a partir de ahora B.) cobra conciencia de sí y de nada más. No sabe quién es ni qué le mueve, sólo sabe que debe seguir y recomponer su ser, debe encontrarse a sí misma para, de una forma más profunda, encontrarse a sí misma. Pero no está sola. Así como Virgilio acompañó y guió a Dante por los infiernos, B. irá acompañada de un curioso personaje sin nombre. El rostro que no podrá recuperar hasta el final se trasmuta en un smiley con conciencia propia, que de forma deficiente y socarrona le “ayudará” en su recorrido de introspección. Este recorrido estará dividido en capítulos que coincidirán con una parte del cuerpo y un mundo diferentes.