Resumen: En una sociedad como la medieval, a pesar de existir una fuerte jerarquización social y un control tenaz sobre las conductas morales, existían ciertos grupos de mujeres que se vieron inmersas, por diversos motivos, en situaciones de marginalidad. Al mismo tiempo, los hombres tenían la misión de proteger su propia honra, para lo cual debían exigir a la mujer ciertos comportamientos como mantener su virginidad o ser fiel en su matrimonio; todo ello con un fin último: mantener el orden social de la comunidad. Sin embargo, no todas mujeres acataron estas reglas, ya fuera por su propia voluntad o bien porque se vieron obligadas a ello debido a su precaria situación económica; de esta forma transgredieron las normas de la moral sexual, entre otros supuestos, ejerciendo la prostitución, manteniendo relaciones adúlteras o viviendo vínculos de amancebamiento. Además, en otras ocasiones, las mujeres serían víctimas de agresiones sexuales, tal como sucedió en el caso de las violaciones.