Resumen: Tras casi cuarenta años en guerra, Afganistán continúa siendo un territorio en conflicto donde el periodismo también rinde su propia batalla contra la censura y las amenazas de muerte. Considerado el segundo país más peligroso para ejercer de periodista y uno de los peores para ser mujer, las periodistas en Afganistán cumplen una importante labor tanto en la lucha por los derechos de las mujeres afganas como por la libertad de prensa. Sin embargo, en ocasiones el precio puede ser demasiado alto y estas mujeres se enfrentan, por un lado, a una sociedad machista cuya amenaza a una posible agresión sexual es una constante y, por otro lado, a su propio origen que puede ser considerado un factor determinante a la hora de realizar su trabajo.