Resumen: El 25 de septiembre de 1848 publicaba el periódico la España un emotivo poema de Carolina Coronado, escritora del romanticismo español que viajó por primera vez a Madrid en ese año y que se despidió emotivamente de los amigos que hizo en la capital a través de ese escrito titulado Se va mi sombra, pero yo me quedo.
Doblemente acertado es entonces el título de esta exposición. Por un lado, aludir a la sombra, uno de los elementos fundamentales en el proceso fotográfico. Por otro, al ofrecer a través de estas imágenes una buena composición de lugar de los círculos sociales de la burguesía isabelina. A través de esta muestra instalada en las salas de la colección permanente del Museo del Romanticismo, se ofrece al público una selección de imágenes del siglo XIX que deben ser contempladas a través de unos visores inspirados en los de la época en que se fueron tomadas estas fotografías. Los visores se han colocado en mitad de las salas del museo, favoreciendo su contemplación al espectador que recorre las diferentes estancias de este palacete decimonónico. Se trata de fotografías de reducidas dimensiones, puesto que estaban pensadas para ser contempladas en una intimidad doméstica, en ambientes similares a los que hoy las rodean en el museo... Idioma: Español Año: 2017 Publicado en: AACA Digital 41 (2017), 1 [p.] ISSN: 1988-5180 Originalmente disponible en: Texto completo de la revista