Resumen: Las expectativas sobre las tecnologi´as de fabricacio´n aditiva (en adelante FA), conocidas tambie´n como impresio´n 3D, son muy altas en el momento actual. Aunque la FA coexiste con otras tecnologi´as de fabricacio´n que se consideran tradicionales y, previsiblemente, asi´ seguira´ siendo durante un tiempo, los materiales utilizados sera´n cada vez ma´s variados, se generara´n ma´s actores econo´micos y el impacto en las cadenas de suministro, en los modelos de negocio y en la sociedad podri´a ser disruptivo.
Durante la impresio´n 3D se aporta y adhiere controladamente diferentes tipos de materiales para crear objetos a partir de los datos de un modelo en tres dimensiones, normalmente capa sobre capa (ASTM International 203AD). Ello facilita la impresio´n de objetos con geometri´as ma´s intrincadas, cambios y personalizaciones llegando a poder fabricar en un solo paso disen~os complejos, se produce menor desperdicio de material (al prescindir de moldes y de algunos posprocesos sobre piezas) por lo que la innovacio´n en producto se acelera y simplifica ofreciendo no solo ventajas en costes, sino tambie´n en barreras a la entrada, en las cadenas de suministro y en la participacio´n del cliente en el disen~o (Weller, Kleer, y Piller 2015).
Algunos ana´lisis sen~alan la FA como una tecnologi´a disruptiva debido a la gran ventaja que supone la separacio´n entre el disen~o de producto y las capacidades de fabricacio´n, ofreciendo nuevas oportunidades basadas en esta libertad de disen~o. Al igual que ocurrio´ con otras industrias, como la de la mu´sica, existen agentes que participan en el mundo digital de intercambio de informacio´n pero no tienen fines lucrativos, y pueden suponer una amenaza para quienes hacen de ello su negocio.
Sin embargo, en cuestiones de fabricacio´n, mientras se sigan utilizando las impresoras 3D como un me´todo ma´s de produccio´n –e incluso no se adapten los disen~os para ello-, es solo una innovacio´n incremental que puede eliminar costes hundidos de las primeras preseries de productos y ofrecer carteras de productos ma´s complejas basadas en sistemas de fabricacio´n flexibles. Asi´ las cosas, no seri´a una tecnologi´a de uso general, sino una opcio´n para unos pocos nichos. La pregunta que hay que resolver parte de analizar si estamos ante una nueva ola tecnolo´gica (Birtchnell y Urry 2013) pero, en todo caso, se concreta en la siguiente: ¿Que´ hace falta para que la fabricacio´n aditiva sea una tecnologi´a de uso general en el futuro? Idioma: Español Año: 2018 Publicado en: Economía industrial 407 (2018), 123-135 ISSN: 0422-2784 Originalmente disponible en: Texto completo de la revista