Resumen: La libertad de expresión constituye uno de los pilares de la democracia moderna, estando recogida como tal en numerosos textos nacionales e internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, o nuestra propia Constitución Española (art. 20.1). Sin embargo, esta libertad de expresión no es infinita, ya que al chocar con otros valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico, nos encontramos ante un conflicto en el que hay que determinar qué valor o principio debe prevalecer. Es lo que ocurre cuando esta libertad de expresión incita al odio o la discriminación hacia determinados colectivos, figura tipificada como delito por el Derecho Penal en los llamados "delitos de incitación al odio y a la discriminación". Este trabajo se va a encargar de analizar estos delitos y los criterios que establece la jurisprudencia española y europea para diferenciar entre el discurso protegido constitucionalmente y aquello que se considera delito.