Resumen: La Orden Militar del Hospital de San Juan De Jerusalén tuvo un gran papel en el fenómeno de peregrinación cristiana y en la posterior protección de estos peregrinos. La amenaza de estas tierras y las distintas incursiones de infieles en territorios apoyados por el papado, provocaron su militarización para luchar en los que se denominó cruzadas contra el infiel. Estas cruzadas no solo se limitaron a la zona de Jerusalén sino que el espíritu de lucha contra el infiel en defensa de la cristiandad se extendió por los reinos que procesaban la fe católica. Todo ello hizo que la Orden del Hospital fuera ampliando sus dominios, como fue en el caso de la península ibérica en la que gracias a los numerosos documentos que han permanecido hasta nuestros días se puede hacer un estudio y seguimiento de los hospitalarios y sus diferentes posesiones. A nivel de implicación se centraron más en la Corona de Aragón. La Orden experimentó en la Península Ibérica un proceso de militarización paralelo al que sufrió en Tierra Santa a mediados del siglo XII. No es excesivo afirmar, en síntesis, que se constituyeron como un grupo fuertemente cohesionado, que gozó de una posición consolidada en el poder allí donde se establecieron, disfrutaron de los privilegios otorgados en el plano eclesiástico y desplegaron un poder económico y financiero que casi no conoció crisis, mediante el control de la fortuna variable de la nobleza y de la monarquía.