Abstract: Los niños como seres bio-psico-sociales tienen la capacidad innata de relacionarse con su entorno más cercano, y el lenguaje cumple un rol principal en este proceso. El lenguaje oral es una herramienta fundamental que permite a los seres humanos hacer uso de sus habilidades sociales, además de satisfacer necesidades intrapersonales como el autocontrol y la regulación emocional. Tal es su importancia, que cuando aparecen dificultades en dicha conducta, las oportunidades personales, profesionales y de interacción social se ven disminuidas. Esto es lo que ocurre en los niños que sufren Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (T.D.L.). Hablamos de un trastorno con unas importantes cifras de prevalencia en la población infantil, que se caracteriza como persistente, evolutivo, heterogéneo, dinámico e invisible. La caracterización del mismo, genera en los niños que lo presentan una serie de consecuencias en la esfera socio-emocional y personal que puede ocasionar situaciones de riesgo como victimización, burlas o aislamiento social. El empleo de estrategias que fomenten una intervención multidisciplinar con el niño, además de favorecer el desarrollo del ámbito lingüístico, van a generar un desarrollo integral mediante del trabajo paralelo con el resto de áreas afectadas.