Resumen: Desde la regulación de la figura del personal directivo profesional en el Estatuto Básico del Empleo Público en 2007, en el que se dejaba a las Comunidades Autónomas el desarrollo de la misma, han pasado muchos años y tenemos unos resultados discretos de implantación en Castilla-La Mancha y en las distintas entidades locales que la integran. La falta de experiencias aplicables en el panorama nacional y los ejemplos internacionales que sí existen, pero que se aplican en organizaciones públicas distintas en cuanto a características, régimen y funcionamiento respecto a la administración española, hace que la implantación de la figura de personal directivo profesional y con ella, la modernización de la organización y el cambio de cultura administrativa orientada a una gestión eficaz, eficiente, con un horizonte de cumplimiento de objetivos medibles y evaluable en términos de transparencia y rendición de cuentas, sea aún muy escasa y puntual.