Resumen: Se ha revisado la literatura científica sobre la farmacología y los posibles usos clínicos de la psilocibina, un psicodélico típico con una amplia historia de consumo por parte de la humanidad y actualmente prohibido. Ha suscitado un gran interés en los últimos años al demostrar en varios ensayos clínicos aleatorizados doble ciego su eficacia como fármaco para tratar la depresión y la ansiedad relacionada con el cáncer, la depresión resistente al tratamiento y el abuso de sustancias con una o dos sesiones de una sola dosis. La psilocibina puede ser considerada como un profármaco, ya que tiene descritas múltiples variables farmacocinéticas y farmacodinámicas y su comportamiento es dosis-dependiente -aunque influido por variables no farmacológicas-. Sus efectos somáticos, perceptuales y psicológicos pueden ser muy intensos -desde un “mal viaje” hasta una experiencia mística- y radicalmente distintos al resto de psicofármacos, pudiendo producir cambios permanentes en la personalidad. Hasta la fecha no se ha descubierto la relación exacta entre el mecanismo de acción de la psilocibina (agonista sesgado del receptor heterodimérico 5-HT2A/mGLU2) y sus efectos fenoménicos, aunque se ha demostrado por diferentes métodos de neuroimagen y magnetoencefalografía que su consumo se correlaciona con un aumento de la entropía global cerebral y la conectividad entre diferentes redes neuronales, así como con una disgregación temporal de la conectividad dentro de la red neuronal por defecto (DMN), las eferencias amigdalares y el filtro talámico, que posteriormente pueden reconstituirse renovados. Tiene un perfil muy seguro en entornos controlados respetando el set and setting y con una intención clara, una preparación previa y una integración posterior. Su toxicidad somática es muy baja y no puede ser considerada una sustancia de abuso, aunque es necesaria más investigación para determinar su perfil de seguridad a medio-largo plazo y está contraindicada en pacientes con factores de riesgo psicóticos. Numerosos ensayos clínicos ya registrados intentarán replicar los resultados experimentales en el futuro, así como ampliarlos a otras patologías. Sin embargo, antes de que la psilocibina tenga la oportunidad de demostrar su efectividad en entornos clínicos reales, varios problemas metodológicos, conceptuales, de salud pública y éticos deben ser abordados.