Resumen: La expansión del volumen de líquido extracelular es fundamental para la fisiopatología de la insuficiencia cardíaca. Dicho aumento conduce a presiones elevadas de llenado intracardíaco, dando como resultado un conjunto de signos y síntomas conocido como congestión. Los diuréticos siguen siendo la piedra angular del tratamiento de la insuficiencia cardíaca aguda congestiva, fundamentalmente, diuréticos de asa administrados vía intravenosa, en especial la furosemida. A pesar de su amplio uso y recomendación, existen pocas evidencias científicas respecto a la dosis y vía de administración óptimas. Una comprensión detallada de la farmacocinética de los diuréticos es esencial para el uso seguro y eficaz de la terapia diurética en la insuficiencia cardíaca aguda. La resistencia diurética, definida como una cantidad inadecuada de natriuresis a pesar de un tratamiento diurético intenso, es un desafío clínico que obliga a la necesidad de buscar alternativas terapéuticas para superarla como la reciente estrategia de terapia diurética guiada por diuresis. Entre las alternativas al tratamiento diurético convencional se han propuesto técnicas de depuración extracorpórea como la ultrafiltración, el uso de dopamina a dosis bajas en combinación con diuréticos, la asociación de suero salino hipertónico y dosis altas de furosemida, y antagonistas de los receptores de vasopresina, en especial el tolvaptán, si bien, ninguna de ellas cumple plenamente los objetivos de seguridad y eficacia a un coste razonable. Por tanto, es de especial importancia conocer los diferentes mecanismos renales implicados en la resistencia diurética y hacer nuevos ensayos clínicos que aporten datos concluyentes acerca del uso óptimo de los diuréticos en estos pacientes.