Resumen: Las células tumorales han desarrollado mecanismos de resistencia y han aprovechado vías inhibitorias que se desarrollan simultáneamente a la activación linfocitaria para escapar del ataque del sistema inmune y proliferar. La inmunoterapia consigue estimular la respuesta inmune del paciente para que sea él mismo el que consiga eliminar las células tumorales. Este hecho ha revolucionado el tratamiento de muchos tumores sólidos y hematológicos. Dado el mal pronóstico de los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) y el gran cambio que ha supuesto para ellos la introducción de la inmunoterapia como una nueva arma terapéutica, en este trabajo se ha decidido revisar (de forma no sistemática) la bibliografía disponible sobre la terapia con "Inmunodesbloqueadores" o "Immune Checkpoint Inhibitors" en el tratamiento de pacientes con CPNM en estadíos avanzados. Estos "inmunodesbloqueadores" son anticuerpos monoclonales dirigidos específicamente contra dos tipos de moléculas de control inmunológico que se expresan en los linfocitos T, células tumorales y otras células del sistema inmune, bloqueando la activación linfocitaria y por tanto suprimiendo la respuesta inmune sobre las células tumorales. Estas moléculas son el Antígeno 4 del Linfocito Citotóxico (CTLA-4) y la Proteína 1 de muerte programada (PD-1). Los "Immune Checkpoint Inhibitors" han conseguido resultados sorprendentes en numerosos ensayos clínicos en fase III (CheckMate, Keynote, OAK, POPLAR) en los que se comparaba el tratamiento con quimioterapia versus el tratamiento inmunoterápico. Las terapias dirigidas contra el PD-1 (Pembrolizumab y Nivolumab) y su ligando PD-L1 (Atezolizumab) son las que han obtenido mejores resultados hasta la fecha, consiguiendo su aprobación como tratamiento de primera (Pembrolizumab), segunda y tercera línea en el tratamiento de pacientes con CPMN metastásico (Nivolumab, Atezolizumab). Estas nuevas terapias han traído consigo un nuevo espectro de efectos adversos, que a diferencia de los producidos por la quimioterapia, están mediados por el sistema inmune. A pesar de los beneficios aportados por estas nuevas terapias aún queda mucho camino por recorrer, así los futuros retos de investigación incluyen: el estudio de los mecanismos de resistencia al tratamiento, la identificación de posibles biomarcadores predictores de respuesta terapéutica, testar la aplicación de terapias combinadas (anti-CTLA-4 y anti-PD-1/PD-L1) y profundizar en la repercusión a largo plazo de estas terapias sobre el sistema inmune del paciente.