Resumen: El estudio del gobierno urbano de Castilla durante el reinado de Felipe III (1598-1621) atiende las relaciones entre el monarca y las ciudades, las Cortes y los diferentes agentes de gobierno, el debate teórico sobre el poder, las redes clientelares, la inmunidad eclesiástica o la patrimonialización y el control de los oficios, valorando a través de distintas fuentes documentales los problemas y cuestiones más acuciantes: numerosos textos de la más variada índole denunciaban situaciones del gobierno político como el incumplimiento de las leyes y el exceso de pleitos. Primaban las necesidades económicas de la monarquía y la ambición de las elites urbanas por encima del cumplimiento de las leyes, las escrituras de los servicios de millones y los memoriales presentados particular o representativamente en las Cortes. Se incumplieron las leyes sobre el acrecentamiento y la enajenación de regimientos, juradurías y otros oficios por venta de perpetuidades, así como las leyes sobre la venta de jurisdicciones; se produjeron sucesivas alteraciones de moneda; y se violaron escrituras como la que prohibía el examen de escribanos para evitar su excesivo número. El problema administrativo más grave no era la carencia de leyes, sino la falta de efectividad y cumplimiento de estas, perdidas en una maraña burocrática y a menudo corrupta, y cuyos cauces de denuncia llegaban también al ámbito literario. El conflicto y la crítica encontraban salida en parte de la literatura de aquel tiempo, especialmente dura con determinadas prácticas gubernativas de la política interior del reino de Castilla y más con la práctica de ministros y oficiales.