Resumen: Tras estallar la Guerra Civil Española el 18 de julio de 1936, multitud de centros de organizaciones obreras a lo largo y ancho de la zona republicana, arrebataron el poder a la República para realizar la revolución. El reparto de armas a la población para frenar la sublevación castrense, quitó al gobierno el control sobre la seguridad y el orden público, fundamentalmente. Ateneos libertarios o radios comunistas se transformaron en comités revolucionarios que, entre otras funciones, empezaron a impartir su propia justicia contra sospechosos de ser fascistas. El Estado, en su debilidad, reaccionó creando el Comité Provincial de Investigación Pública, un organismo que debía de acabar con los desmanes de la retaguardia madrileña, y retomar el monopolio de la investigación político-social. El proyecto fracasó, y el comité se transformó en otro organismo más de violencia política. Este trabajo, valiéndose de fondos documentales, ha querido estudiar y presentar un profundo análisis de un extraordinario comité que contó con mecanismos oficiales del Estado para su exclusiva tarea de represión de la retaguardia. Un centro que ha sido poco y mal atendido a lo largo de la historia, pero que guardó capital importancia en el verano-otoño de 1936 de Madrid.