Resumen: El carácter antropogénico de la crisis ecológica nos obliga a repensar el paradigma contemporáneo de la destrucción por y para el ser humano. El ecologismo profundo, en la versión del filósofo noruego Arne Naess, se hace cargo de la profundidad del problema y plantea un cambio onto-epistémico en base a un modelo reticular (igualitarismo biocéntrico por contraposición al antropocentrismo) y el valor intrínseco (por contraposición al valor instrumental). Así, en este trabajo expongo los fundamentos del ecologismo profundo (tanto sus bases como su ventajoso carácter de plataforma y su oposición fundamental al ecologismo superficial o reformista). En un segundo momento, profundizo en sus dos grandes principios filosóficos (biocentrismo y atribución de valor intrínseco a seres no-humanos) y desarrollo las consecuencias éticas de este nuevo sistema (tanto los nuevos valores como los nuevos modos de vida a los que nos invita. Por último, una vez expuesta en profundidad la plataforma del ecologismo profundo, desarrollo la crítica a esta. Esta crítica, que leemos especialmente en la Ética práctica del filósofo australiano y representante de la ética animal Peter Singer, tendrá que ver, en primer lugar, con el aumento de los límites de la comunidad moral no solo a los animales con capacidad de sufrimiento sino a todo ser (vivo o no) y, en segundo lugar, con la ausencia de un criterio de decidibilidad. La crisis ecológica nos exige respuesta. Una vez expuestos los fundamentos, los principios, las consecuencias éticas y las críticas al ecologismo profundo, concluyo que el ecologismo profundo es, de entre todas las posibles, la respuesta más apta, ya que es la herramienta clave para dar la espalda al "hombre moderno" que causó la crisis y recibir con los brazos abiertos un nuevo ser humano que dará, o tratará de dar, solución efectiva a la crisis ecológica.