Resumen: En este Trabajo se estudian las pinturas de la iglesia del antiguo convento de San Telmo (actual Museo de San Telmo) de San Sebastián (1930-1932), realizadas por el pintor José María Sert (1874-1945) durante el proceso de reacondicionamiento y reutilización del edificio. Siguiendo su estilo más característico (monocromo, brillante, vigoroso y monumental), compone una epopeya al pueblo vasco a través de sus rasgos y episodios más singulares, transformando a sus pobladores en héroes ambientados en escenografías propias del barroco más exuberante. Esta obra, favorita del artista y alabada por todo el país, nos permite contextualizar y comprender la producción de José María Sert pero, sobre todo, revalorizar su figura y entenderla como lo que es: un renovador y el último gran muralista del siglo XX en nuestro país.