Abstract: Desde la invención en 1902 de la técnica de sutura, ésta se ha convertido en el gold standard de la técnica quirúrgica. Sin embargo, a pesar de cumplir con la función de unión de dos vasos, cuenta con una serie de inconvenientes tales como alta curva de aprendizaje, traumatismo tisular, manipulación de los vasos o presencia de cuerpo extraño dentro del organismo; que ha hecho necesario la búsqueda de nuevas técnicas de anastomosis que suplan estos defectos. Se han creado adhesivos tisulares que son menos atraumáticos, pero pueden producir reacciones de toxicidad; sistemas de grapado o multisutura más sofisticados con el mismo fundamento de los primeros ya creados, aunque con menor daño tisular; técnicas de láser que han quedado prácticamente relegadas por otros métodos más económicos; o dispositivos que funcionan gracias a campos magnéticos. Aún con la gran diversidad de técnicas de anastomosis automáticas, ninguna de ellas ha conseguido demostrar una efectividad a largo plazo mayor que la sutura convencional. Sólo el tiempo y la continua investigación permitirá definir si la sutura tal y como la conocemos quedará en un segundo plano.