Abstract: En 2017, el Consejo Europeo ya instaba a la creación de unos sistemas de educación y formación adaptados a la era digital y en la declaración sobre economía digital emitida por el G-20 se reconocía la necesidad de ajustar todas las formas de educación y aprendizaje permanente para aprovechar las nuevas tecnologías digitales. A comienzos de 2018, la Comisión Europea, en su informe sobre el Plan de Acción de Educación Digital, aseguraba que la tecnología digital enriquecía el aprendizaje de diferentes maneras y ofrecía unas oportunidades educativas que debían estar al alcance de todos. En el informe se asegura que Internet puede facilitar nuevas experiencias de aprendizaje y una riqueza de información sin precedentes con innumerables recursos y herramientas, incidiendo en que la tecnología digital permite a los ciudadanos ser no solo consumidores pasivos sino prosumidores de todo tipo de materiales y herramientas docentes, lo que facilita el aprendizaje interactivo, la personalización del aprendizaje y el aprendizaje accesible e inclusivo, entre otras muchas consideraciones. Así, la revolución tecnológica en lo que respecta al enriquecimiento de la educación mediante la tecnología digital, no es algo nuevo; realmente, hace ya más de una década que todos los países de la Unión Europea han adoptado estrategias en este sentido, pero todavía queda un largo camino por recorrer hasta alcanzar todo el potencial que la tecnología puede proporcionar como herramienta para la enseñanza y el aprendizaje. La llegada de la pandemia por COVID-19 aceleró el cambio y probablemente, las consecuencias de este cambio podrán tener un impacto duradero en el futuro, pero para ello, poniendo el foco en la educación superior, las universidades deben evolucionar y estar a la altura de estos desafíos. El Plan de Acción de Educación Digital actual (2021-2027) es una iniciativa política renovada de la Unión Europea para apoyar esta adaptación sostenible y eficaz de los sistemas educativos a la era digital. En él se abordan los retos y oportunidades surgidos a causa de la pandemia y se busca una mayor cooperación entre todos los sectores, definiendo sus objetivos en dos ámbitos prioritarios. Por una parte, se propone fomentar el desarrollo de un ecosistema educativo digital de alto rendimiento mejorando las infraestructuras, la conectividad y los equipos digitales (respecto a la tecnología); la formación en competencia digital docente del profesorado (respecto a las personas) y los contenidos educativos y las plataformas de aprendizaje (respecto a los medios). Por otro lado, se trata de mejorar las competencias y capacidades digitales para la transformación digital, lo que incide en las capacidades y competencias digitales básicas y la alfabetización digital, la educación informática y en otras capacidades digitales avanzadas incluyendo las tecnologías de datos o la inteligencia artificial.