Abstract: Resumen Introducción: El envejecimiento de la población, debido al aumento en la esperanza de vida, supone un aumento en la probabilidad de padecer múltiples afecciones. La demencia, es la principal causa de discapacidad y dependencia en las personas mayores. Otras enfermedades como el insomnio, la ansiedad y los síntomas depresivos, son frecuentes en los ancianos y pueden ser síntomas precursores de la demencia. Los fármacos más utilizados para tratar este tipo de afecciones son las benzodiacepinas. El aumento de población envejecida y del uso crónico de fármacos como las benzodiacepinas, ha supuesto una alarma sanitaria, debido a los efectos adversos como el aumento de deterioro cognitivo entre los pacientes que las usan. Objetivo: Revisar la literatura científica con el fin de identificar, resumir y analizar los aspectos importantes de la información existente sobre el riesgo de padecer demencia entre la población adulta mayor de 65 años que consume benzodiacepinas. Metodología: Se ha llevado a cabo un estudio de revisión sistemática según las directrices The Cochrane Collaboration con su manual “Manual Cochrane de revisiones sistemáticas de intervenciones”, así como la Declaración “Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and MetaAnalyses (PRISMA)”. Se ha realizado una búsqueda en las bases de datos PUBMED, SCOPUS, SCIENCE DIRECT, WEB OF SCIENCE y DIALNET PLUS sobre el riesgo de padecer demencia en población mayor de 65 años, consumidora de benzodiacepinas. Resultados: Se incluyeron 15 artículos que analizaban el uso de benzodiacepinas y el riesgo de desarrollar demencia en población mayor de 65 años. Concluyendo que prácticamente la mitad de los artículos seleccionados han encontrado una asociación entre el uso de BZDs y el riesgo de desarrollar demencia y la otra mitad no, por lo que hay heterogeneidad en los resultados, esto puede ser debido a la metodología utilizada por los diferentes autores de los estudios seleccionados. Conclusiones: Debido a la heterogeneidad de los resultados no podemos asegurar que el consumo de benzodiacepinas en una población mayor de 65 años aumente el riesgo de padecer demencia. Sin embargo, sí que sabemos que un uso prolongado de benzodiacepinas supone un mayor riesgo de presentar deterioro cognitivo. En las guías de práctica clínica no se recomienda el uso prolongado de BZDs en adultos mayores ya que, es más difícil la deshabituación. Por otra parte, sería necesario realizar pruebas neurológicas en la población adulta para detectar de una manera temprana la demencia o por lo menos el deterioro cognitivo, así como, evaluar las alternativas terapéuticas a este tipo de fármacos.