Abstract: Recientemente, diversos estudios han aportado evidencia científica de que las dietas bajas en hidratos de carbono -muchas de ellas altas en grasas y/o cetogénicas- podrían ser de utilidad para combatir los factores de riesgo asociados al síndrome metabólico y la obesidad. Consecuentemente, estas dietas están cobrando popularidad entre la población como método para controlar el peso. Por otro lado, las enfermedades cardiovasculares son una de las causas principales de mortalidad en el mundo y tienen un gran impacto en la salud pública. En este sentido, uno de los factores de riesgo asociado con el desarrollo de estas enfermedades es el colesterol de baja densidad (LDL-c) que, lejos de ser una entidad uniforme -como se creía inicialmente-, parece estar constituido por una población diversa de lipoproteínas -en cuanto a tamaños y estados- que podrían afectar de manera diferencial al desarrollo y progresión de la ateroesclerosis. Dado los antecedentes anteriores, se considera primordial evaluar los efectos potenciales de las dietas bajas en carbohidratos sobre el riesgo cardiovascular. Por ello, se propone revisar la evidencia científica existente para recabar los efectos constatables mostrados por estas dietas sobre la composición del colesterol LDL-c y su posible impacto aterogénico.