Resumen: Esta tesis doctoral presenta el estudio y análisis de los restos faunísticos recuperados en la llamada unidad “h” de la cueva de Abauntz (Arraitz, Navarra) ubicada, cronológicamente, en el MIS 3. De manera secundaria, intenta determinar si dichos restos paleontológicos guardan alguna relación con la presencia humana registrada también en esa misma unidad “h”, que desde el punto de vista sedimentológico es potente y compleja. Los restos materiales de esa presencia humana han sido asignados a la industria musteriense, propia de gentes neandertales. Además de ello, también se plantea como objetivo la interpretación paleoambiental de dicha unidad, en relación tanto al entorno de la cueva como a la actividad de los depredadores dentro de la misma, a través de los restos faunísticos. En este estudio se ha procedido, en primer lugar, al análisis tafonómico y taxonómico del conjunto faunístico (más de 3.000 restos), con la finalidad de caracterizarlo cuantitativa y cualitativamente. Un total de 2.426 restos han sido identificados. Esto quiere decir que más de un 80 % de la muestra es reconocible, indicando un buen estado de preservación, el cual está directamente relacionado con los procesos peri mortem y post mortem así como con posibles alteraciones postdeposicionales sufridas. Se identifican más de 14 taxones y 33 individuos, entre los que se incluyen grandes carnívoros y ungulados. Todos ellos sugieren un entorno variado con respecto al paisaje y ecosistemas, consistente con la ubicación fronteriza de Abauntz. La gran mayoría de los restos faunísticos son dientes y huesos aislados que pertenecen a la especie 𝘜𝘳𝘴𝘶𝘴 𝘴𝘱𝘦𝘭𝘢𝘦𝘶𝘴 ROSENMÜLLER 1794, por lo que su estudio es el elemento principal de esta investigación. 𝘜𝘳𝘴𝘶𝘴 𝘴𝘱𝘦𝘭𝘢𝘦𝘶𝘴 es el taxón más representado (más de un 80 % del total en todos los cálculos), seguido del resto de carnívoros (en torno a un 10 %) y herbívoros (en torno a un 5 %). La asociación de 𝘜𝘳𝘴𝘶𝘴 𝘴𝘱𝘦𝘭𝘢𝘦𝘶𝘴 en la unidad “h” de la cueva de Abauntz presenta un predominio de los machos sobre las hembras (casi un 70 %) y dibuja un perfil atricional con juveniles y ancianos dominando la muestra. Así mismo, desde el punto de vista morfométrico, la asociación de Abauntz refleja perfiles especialmente elevados en el esqueleto apendicular comparados con otras asociaciones de la Península Ibérica. Por último, la obtención de los valores isotópicos de carbono y nitrógeno existentes, a través del colágeno conservado en los huesos, puede ayudar a la interpretación de los hábitos alimenticios de la fauna. En relación a la paleodieta de 𝘜𝘳𝘴𝘶𝘴 𝘴𝘱𝘦𝘭𝘢𝘦𝘶𝘴, los resultados obtenidos siguen la tendencia de otros estudios, reflejando valores isotópicos inferiores a los de herbívoros típicos. Así mismo, se analiza e interpreta tanto la composición del conjunto como el origen de las afectaciones presentes en los restos y el estado de conservación de los mismos. Toda esta información posibilita la inferencia de patrones que pudieran ser asignados a distintos agentes o fenómenos. Para conocer si hay relación significativa con la ocupación humana se han analizado las acumulaciones de fauna en el espacio o topografía de la cueva de Abauntz. Se concluye que la configuración del patrón de supervivencia esquelética sugiere que la presencia de herbívoros en la unidad “h” es fruto de la depredación por parte de mamíferos carnívoros. La distribución espacial de los restos faunísticos presenta un patrón difuso. Además, el análisis sugiere que la actividad humana en la unidad “h” no es intensa, al igual que su vinculación con los restos óseos. Así mismo, la fuerte presencia de 𝘜𝘳𝘴𝘶𝘴 𝘴𝘱𝘦𝘭𝘢𝘦𝘶𝘴 puede haber afectado a cualquier patrón que la evidenciara. Únicamente los restos de 𝘊𝘦𝘳𝘷𝘶𝘴 𝘦𝘭𝘢𝘱𝘩𝘶𝘴 pueden estar afectados por la intervención antrópica. Finalmente, los restos óseos evidencian actividad por parte de carnívoros a través de una variada tipología de marcas de dientes. Se identifican dos tendencias: una que afecta a los taxones superiores a 100 kg cuyas marcas superan el tamaño de las hienas actuales y otra, que afecta a mamíferos de menor talla, con marcas que coinciden con índices asociados a cánidos. En conclusión, la presencia de cuatro grupos bien diferenciados (𝘜𝘳𝘴𝘶𝘴 𝘴𝘱𝘦𝘭𝘢𝘦𝘶𝘴, otros carnívoros, herbívoros y humanos) sugiere un ecosistema variado y una gran actividad dentro de la cueva de Abauntz. Es posible que, como se ha atestiguado en otros yacimientos, la ocupación de Abauntz se sucediera a lo largo de todo el año con una alternancia entre los grupos, con los osos hibernando durante el invierno y humanos y otros carnívoros accediendo puntualmente y en periodos inespecíficos a la cavidad.