Abstract: A raíz de la crisis sanitaria vivida en los últimos años, nos hemos visto en la obligación de repensar algunas cuestiones inherentes a la arquitectura doméstica. Actualmente, un porcentaje considerable de la población desarrolla su actividad profesional desde el mismo lugar en el que vive. Dado que parece que el teletrabajo ha llegado para quedarse, es necesario para nosotros, como arquitectos, sugerir nuevos espacios que se adapten a las necesidades vitales, domésticas y profesionales de los usuarios. Por lo tanto, esta casa completa podría considerarse un lienzo en blanco a la espera de ser habitado, que no está condicionado por divisiones entre posibles estancias. Un espacio cambiante, un vacío en el que el único lleno será una caja de madera donde se agrupen todos los elementos necesarios para el usuario. El proyecto se aleja del bullicio de la ciudad y se acerca a la ribera del Gállego, desde donde ofrecerá a sus habitantes dos miradas: una mirada más urbana hacia la ciudad histórica y otra, más vinculada a la naturaleza, hacia la llegada del río a Zaragoza.