Resumen: El cerdo ibérico se trata de una raza autóctona española, que podemos encontrar extendido por la zona suroeste de la península, donde predomina el ecosistema de dehesa, cuyas características son muy favorables para su desarrollo, además de las condiciones climáticas de la cuenca mediterránea (inviernos fríos y veranos cálidos y secos). La dehesa se caracteriza por la presencia de especies arbóreas del género Quercus: encinas, alcornoques y quejigos; además de retamas y madroños. Las principales zonas de dehesa en España están en Extremadura, Andalucía, Castilla y León, Castilla la Mancha y Madrid, con una extensión de entre 3,5 a 5 millones de hectáreas. Actualmente el cerdo ibérico tiene una gran importancia y repercusión económica, y una directa relación con la dehesa, que en función de la fase de manejo (cría, recría, premontanera y montanera) tiene un sistema diferente. Los productos obtenidos son de alta calidad gracias a la combinación cerdo-dehesa durante su última fase, basada en una alimentación de pastos y bellotas. El Real Decreto 4/2014, de 10 de enero establece una nueva Norma de Calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibéricos con el fin de mejorar la información al consumidor en el etiquetado, tener una mayor calidad del producto gracias a mayores controles en los procesos y el refuerzo del control de certificación y cumplimiento de los criterios de edad y peso de sacrificio. A pesar de las debilidades del sector como las barreras a la exportación y la dependencia en la alimentación animal, existen también fortalezas como la diferenciación de los productos y el control de calidad. Con la creciente digitalización, el comercio electrónico se está convirtiendo en una forma importante de venta para llegar a más consumidores a nivel nacional e internacional.