Resumen: El auge de la globalización ha puesto de manifiesto un nuevo modelo de competitividad, de carácter integrador, que genera una necesidad de innovación acorde al desarrollo tecnológico y una descentralización del modelo de decisión en las organizaciones. La participación de los empleados, y por ende los sistemas participativos, en las empresas pueden cubrir las nuevas necesidades que emergen con este nuevo modelo de competitividad. Se ha analizado cómo el modelo de sistemas participativos indirectos implantado en Alemania permite una mayor transversalidad en la toma de decisiones en comparación con el modelo español. Así mismo, se ha analizado cómo los sistemas de participación directos fomentan la implicación laboral y el aprendizaje, tanto formal como informal, en los trabajadores; siendo estos factores clave en la competitividad integradora.