Resumen: La expansión hacia el Nuevo Mundo, vino dada especialmente por el comercio abriéndose todo un abanico de rutas comerciales marítimas que exportaban e importaban mercancía desde la metrópoli espsañola hacia los distintos cirreinatos fundados en los espacios coloniales. Especialmente, gracias al control de la Corona sobre el el virreinato de Nueva España y la fundación de la colonia de Filipinas, se consiguió abrir entre estos dos territorios una ruta comercial por el océano Pacífico compitiendo así con los portugueses que en aquella época legaron también al Nuevo Mundo para intentar hacerse con el control de las rutas comerciales del mercado de las epsecias o el negocio de comercializar con seda china. El Galeón de Manila, nombre que recibió esta ruta que iba desde el puerto de Acapulco en Nueva España hasta Manila en Filipinas, fue una de las más importantes y duraderas rutas comerciales debido a la cantidad de mercancía que se llegó a intercambiar durante el tiempo que estuvo activa. Productos especialmente exóticos y que por ello despertaban gran interés entre los barcos piratas que querían hacerse con los objetos que se transportaban. Este trabajo destacará la presencia de mujeres que también viajaron hacia los nuevos territorios, en este caso hacia Filipinas, participando en la ruta transpacífica como comerciantes e intercambiando productos al igual que hacíann los hombres. Además, también hubo mujeres religiosas que se asentaron en Filipinas para evangelizar a la población de Manila que participaron con la importancia de las tareas educativas de las niñas de la colonia.