Resumen: El papa Clemente VIII, que ha pasado a la historia como uno de los antipapas de la Iglesia, era aragonés, de la llamada obediencia de Aviñón., por contraposición a la obediencia de Roma. Gil Sánchez Muñoz y Carbón nació en la ciudad de Teruel. Fue elegido pontífice por el Sacro colegio cardenalicio reunido en Peñíscola en 1423, como sucesor de Benedicto XIII. Abdicó unos años más tarde, en 1429, en la misma fortaleza levantina siguiendo rigurosamente el procedimiento canónico tanto en el acto de renuncia como en la inmediata elección como papa al pontífice de Roma. Martín V, quien ya había sido elegido papa en 1417, en el Concilio de Constanza. Un Cisma que se había iniciado hacía ya cincuenta y dos años con la elección de Clemente VII (1378-1394) por casi el mismo colegio cardenalicio que unas semanas antes había elegido papa en Roma a Urbano VI, pero posteriormente ellos mismos calificaron el acto como inválido (nulo de pleno derecho), por no haber podido pronunciarse con libertad; al contrario, habían actuado gravemente coaccionados por la presión del pueblo romano y por el miedo que poco después les generó que el pontífice que habían elegido no respondiera al perfil deseable; al contrario ostentaba el cargo con furia y agresividad. Por tanto, no era un Cisma por discrepancias teológicas en el seno de la Iglesia, sino sobre la validez y legitimidad de la elección de dos papas casi al mismo tiempo. En este contexto el rey Alfonso V de Aragón mantiene el Cisma como medio de presión al papa Martín V en sus pretensiones expansivas hacia el Reino de Nápoles, lo que no logró conseguir entonces. Clemente VIII tras su abdicación fue nombrado obispo de Palma de Mallorca, sede en la que falleció en 1447.