Resumen: Los moriscos fueron un grupo social y cultural que surgió en la península ibérica durante el siglo XVI, refiriéndose a los musulmanes convertidos forzosamente al cristianismo tras la Reconquista. Los moriscos del Reino de Aragón representaban una parte significativa de la población, alrededor del 19 %, y su ausencia tras la expulsión generó numerosos problemas sociales y económicos. Al igual que la mayoría de la población en los siglos XVI y XVII, los moriscos se dedicaban principalmente a las actividades agrícolas, seguidas de las ganaderas. Sin embargo, la herencia cultural mudéjar hizo que unos pocos se pudieran dedicar a sectores como la construcción, la artesanía y el comercio. En cuanto a su distribución por el reino, la mayoría vivía en señoríos, es decir, que estaban sujetos a la administración de un señor feudal, mientras que los habitantes de los realengos se encontraban bajo la administración real del monarca. A comienzos del siglo XVII, las relaciones sociales entre los moriscos y los cristianos se agravan, además, debido a los problemas de convivencia heredados y a los cambios políticos que se analizarán posteriormente, Felipe III decide expulsarlos en 1609. Este suceso acabaría produciendo enormes alteraciones demográficas y económicas que afectaron a toda la sociedad española.