Resumen: El Ingreso Mínimo Vital es una prestación no contributiva instaurada en España cuyo objetivo es prevenir la pobreza y la exclusión social. Teóricamente se presenta como una herramienta para garantizar un nivel de vida digno y fomentar la igualdad, en la práctica ha mostrado diversas deficiencias y contradicciones. Además, la condicionalidad y los requisitos estrictos para acceder a la prestación generan exclusiones significativas, especialmente para aquellos que sufren de pobreza sobrevenida. La implementación de políticas neoliberales y el gerencialismo han reformado el papel del Estado, promoviendo la colaboración público-privada en la gestión de servicios sociales. Este enfoque ha sido criticado por perpetuar las desigualdades y no abordar adecuadamente las raíces estructurales de la pobreza. El discurso de merecimiento subyacente a estas políticas sugiere que solo los "pobres buenos" son merecedores de ayuda, lo que desvía la atención de las responsabilidades históricas y estructurales del neoliberalismo en la generación de desigualdades.