Abstract: El hipotiroidismo primario canino es una patología endocrina frecuente, provocada por la deficiencia de hormona tiroidea, que da lugar a multitud de signos clínicos inespecíficos. La presentación más común es la disminución de la tasa metabólica seguida de diversas alteraciones dermatológicas. La detección de una concentración sanguínea de tiroxina total (T4T) baja no permite confirmar la sospecha de hipotiroidismo. Por ello, para disminuir lo máximo posible el error diagnóstico, es necesario analizar junto con la T4T otras hormonas; la tiroxina libre (fT4), la hormona estimulante del tiroides (TSH) y los anticuerpos antitiroglobulina (TgAA). Las pruebas endocrinas deben realizarse habiendo eliminado los elementos externos a la glándula tiroides que interfieren en la evaluación de la función tiroidea, prestando especial atención a las enfermedades no tiroideas con influencia significativa en la glándula tiroides (NTI) y a algunos medicamentos modulantes de la concentración sanguínea de hormona tiroidea. Estos factores extratiroideos producen confusión y entorpecen el diagnóstico. A pesar de que la detección de la enfermedad puede resultar difícil, el tratamiento es sencillo y satisfactorio en la mayoría de los pacientes. El animal mejora rápidamente con la administración oral de levotiroxina sódica, aunque será necesario realizar un seguimiento estrecho. La monitorización del paciente consiste en la realización de visitas periódicas al veterinario, en especial al inicio del tratamiento, para obtener un buen control de la enfermedad y ajustar las dosis si es necesario.