Resumen: El metanol es un tipo de alcohol tóxico presente en bebidas alcohólicas adulteradas o mal destiladas, disolventes o de venta al público en estado puro. En pequeñas cantidades puede provocar una intoxicación que conlleve grandes secuelas, como la ceguera; o incluso la muerte. Su toxicidad deriva principalmente de sus metabolitos, formaldehído y ácido fórmico, produciendo este último inhibición de la respiración mitocondrial que desencadena hipoxia tisular. Además, tanto el metanol como sus metabolitos desencadenan importantes acidosis metabólicas que producen en el paciente gran afectación neurológica, síntomas gastrointestinales y alteraciones respiratorias entre otros. Tiene dos antídotos indicados, etanol y fomepizol, además de medidas descontaminantes, eliminatorias y de soporte. A nivel mundial la intoxicación por metanol ocasiona grandes epidemias, no obstante, en nuestro medio es relativamente infrecuente, existiendo casos por sobredosis, suicidas y de intoxicación laboral o doméstica accidentales principalmente. En este trabajo se analizan retrospectivamente los casos de intoxicación aguda por metanol registrados en el Servicio de Urgencias del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza entre 1999 y 2024. Se recogen 19 casos confirmados, con variables demográficas, clínicas, bioquímicas, toxicológicas y evolutivas. Para el análisis se calcularon las medias, medianas, modas y desviaciones estándar de variables cuantitativas, y frecuencias de las cualitativas. Como conclusión, el perfil más frecuente es el de varón joven, con gran prevalencia de antecedentes de drogadicción (63,2%) o psiquiátricos (68,4%). La vía más frecuente fue la oral (57,9%) y el contexto el de sobredosis. Todos los pacientes presentaron sintomatología neurológica, y el 84,2% acidosis. Se utilizó etanol como antídoto en el 26,31% de los casos. La tasa de mortalidad fue del 21%, no pudiendo hacer asociaciones estadísticamente significativas con los valores evolutivos por el tamaño muestral. Los hallazgos del estudio evidencian la necesidad de mantener un alto grado de sospecha clínica ante cuadros neurológicos con acidosis, especialmente en pacientes jóvenes o con antecedentes de toxicomanía. A pesar de su baja frecuencia en nuestro medio, la intoxicación por metanol presenta una elevada letalidad que justifica su estudio y la optimización de protocolos de diagnóstico y tratamiento.