Resumen: Se conocen numerosos casos en los que una amplia variedad de dispositivos médicos como catéteres, stents, prótesis, reservorios de acceso venoso, etc, se infectan tras su implantación en el cuerpo del paciente. Esto se debe a que durante este proceso, los microorganismos que habitan de forma habitual en el interior del cuerpo del paciente o en su epidermis o en la del personal médico sin las debidas medidas de prevención o que proceden de otras fuentes como material quirúrgico y equipos o líquidos de infusión contaminados, colonizan el tejido interno alrededor del dispositivo. Esta colonización puede provocar una infección localizada que en muchas ocasiones deriva en problemas más graves como bacteriemia en la que la infección se transloca al torrente sanguíneo, generando así complicaciones más severas que en la mayoría de los casos conllevan a la retirada del dispositivo médico infectado y a la reimplantación de un nuevo dispositivo con el consiguiente perjuicio para el paciente tras el sometimiento a una nueva cirugía y el consecuente elevado coste terapéutico. Como posible solución a este extendido problema, se plantea el desarrollo de una película polimérica que recubra el dispositivo en cuestión y que presente la capacidad de almacenar un antibiótico que será liberado localmente tras la implantación. De esta manera, junto con el tratamiento vía oral que se administra al paciente, se conseguiría reducir o evitar el riesgo de infección del dispositivo y se conseguirá una liberación local del antimicrobiano deseado.