Resumen: España vivió la “década dorada” de su economía entre los años 1995 y 2007, con el sector inmobiliario como motor económico y reflejando datos y estadísticas que nunca antes se habían alcanzado. Paralelamente, el resto de la economía española gozaba de una salud inmejorable en este periodo. Sin embargo, dicho crecimiento se frenó repentinamente y dio lugar a una de las mayores crisis económicas que ha vivido nuestro país. Los motivos son abundantes y variados; no obstante, las entidades financieras jugaron un papel importante en la creación de la “burbuja inmobiliaria”, gracias a las malas decisiones en la prestación de créditos hipotecarios, tanto a las inmobiliarias como a los hogares. En la totalidad del país, se produjo una especulación en el mercado inmobiliario gracias a las facilidades que otorgaron los bancos, escenario que llegó a una situación límite en el año 2007. A partir de esta fecha, la construcción se paralizó y con ella, también la economía española. Sin embargo, aquellas regiones españolas con mayor actividad económica y donde la construcción de viviendas fue mayor, han sufrido mayores consecuencias del “pinchazo de la burbuja inmobiliaria”, mientras que otras comunidades que no otorgaron tanta importancia a este sector supieron sobreponerse en mejor medida a la caída de la actividad económica.