Resumen: Los incendios forestales se han convertido en uno de los problemas ambientales más importantes en España. Las alteraciones edáficas y la alteración, cuando no destrucción, de la cobertura vegetal que el fuego genera, unido a las intensas precipitaciones durante los meses posteriores al fuego, agudizan los procesos de erosión y con ello el riesgo de desertificación. Este trabajo, llevado a cabo después del incendio de Calcena de agosto de 2012, es un intento de caracterización y cuantificación de los procesos hidrogeomorfológicos condicionados por las acciones humanas de restauración ambiental post-fuego. En él, se ha experimentado con diversas metodologías para el estudio de la erosión hídrica en espacios quemados de montaña aplicadas en escenarios de trochas abiertas por la maquinaria pesada para la extracción de madera calcinada y en descalzamientos de bancalaes de cultivo abandonados y posteriormente repoblados.