Resumen: Actualmente, encontramos un mayor número de personas mayores que sufren deterioro cognitivo debido a un aumento del envejecimiento de la población y esperanza de vida. Esto repercute negativamente en el enfermo, su familia y en el sistema sanitario. Las pérdidas cognitivas cuándo estamos ante un proceso edad-dependiente y cuando ante uno patológico son muy similares, dificultando un diagnóstico precoz que permita una disminución de la prevalencia en esta enfermedad. Una de las estrategias empleadas para el retraso de su evolución a formas más graves así como de la dependencia de estas personas son las terapias no farmacológicas, sustentadas en bases teóricas y de eficacia demostrada.