Resumen: La metabolómica, una de las ciencias ómicas, puede ayudarnos a comprender mejor el mecanismo fisiopatológico de las enfermedades, realizar diagnósticos más precisos e individualizar el tratamiento. El síndrome depresivo mayor es una enfermedad que afecta al 20% de la población en países desarrollados cuyo tratamiento es complejo ya que, además de poseer un gran número de efectos adversos, muchos de los pacientes no responden al tratamiento o responden tan sólo parcialmente. Por ello, la búsqueda de biomarcadores y determinación de un metabotipo para esta enfermedad a través de un enfoque metabolómico podría ayudarnos a realizar un diagnóstico más preciso e individualizar cada tratamiento pudiendo predecir la respuesta de cada paciente al mismo en función de su perfil metabolómico.