Resumen: El Centro de Arte y Tecnología Etopia se ha concebido como un espacio de colaboración en el que la participación de entidades heterogéneas habilita sinergias entre los distintos agentes de la ciudad hacia un cambio de modelo productivo basado en el conocimiento. Al añadir ciudadana al nombre del centro, junto al subtítulo de Proceso de investigación colaborativa para la transición hacia una economía social del conocimiento desde Etopia, se buscaba precisamente subrayar las posibilidades extrainstitucionales del centro. Abordar una institución de este tipo a partir de las comunidades que la habitan, incluso de las que podrían habitarla pero están buscando cómo o de las que se encuentran perfectamente cómodas en sus márgenes, supone abordar la economía del conocimiento a partir de los mimbres últimos de la innovación, que no se agotan en el conjunto institucional. Partir de las comunidades, por lo tanto, es la expresión local de un giro global en las estrategias productivas. Límites y oportunidades análogas a las que el régimen industrial-welfarista vive en el terreno económico y ecológico se reproducen en sus ámbitos institucionales. En este contexto, el objetivo de la investigación ha sido delimitar los mecanismos de gobernanza y las líneas de producción que pueden permitir incorporar a las comunidades productivas a una maquinaria institucional, en sentido amplio y plural, orientada a acelerar, concretar y difundir este tránsito hacia unas formas de cooperación en las que su carácter abierto, social, distribuido y basado en los comunes no solo sostenga, sino que maximice la riqueza social de nuestro entorno. Este modelo de economía social del conocimiento no operaría a través de la destrucción creativa, sino más bien de una acumulación creativa. Por ello, cada uno de los cuatro capítulos que forman parte de este volumen se ha iniciado con una breve cartografía de los agentes y comunidades de distinto tipo, incluidas algunas relaciones entre ellas, que operan en cada ámbito, a fin de hacer visible la densidad y productividad existente en cada uno de los ámbitos considerados. Con objeto de captar esta pluralidad y de entender las dificultades específicas para la expansión de dichas comunidades, el proceso de investigación ha adoptado durante sus distintas fases un carácter abierto, en cuanto a las contribuciones, correcciones y revisiones pero también en cuanto a la delimitación de los límites y las oportunidades que identifican las propias comunidades y agentes implicadas. En particular durante los primeros pasos de la investigación, se realizaron una treintena de entrevistas tanto individuales como de grupo, junto con tres sesiones colaborativas más amplias con estos objetivos. Resulta interesante destacar que la mayor parte de estas comunidades perciben Etopia como un nodo de articulación y un catalizador de sus fuerzas productivas, sin que ello implique que el centro deba centralizar todas sus actividades (lo que por otra parte carece de sentido hoy) pero sí destacando que éste tiene un amplio margen para operar como un espacio de relación, de puesta en común, de reflexión compartida, etc. Ello da como resultado una imagen general del campo de aplicación de estas recomendaciones, en el que se puede reconocer una amplia variedad de formas organizativas y de gobernanza ajustadas a la misma pluralidad que estas comunidades exhiben en cuanto a sus ámbitos de actuación y sus horizontes de aspiración. De ahí el interés de generar mecanismos que fomenten la mejor articulación de estos distintos modos y objetos de producción, sin que se produzca una reducción desde arriba de sus posibilidades. En general, sí cabe referirse a dos líneas de problematicidad que limitan el trabajo de estas comunidades, tanto en sus campos específicos como en la generalidad de su articulación. Por una parte, se advierten problemas de acceso, no solo referidos a las exclusiones en que se fundan los regímenes contemporáneos de propiedad intelectual, habitualmente relacionados con el propio acceso a la renta, sino también por un conjunto de jerarquías del saber y desempoderamientos concatenados que provocan que una mayoría de las poblaciones se vean alejadas de facto de los procesos de I+D+i, hasta el punto de que no llegan a imaginar que laboratorios ciudadanos como los que proyectan aquí sean un ámbito de trabajo y experimentación adecuado para ellas. Por otra parte, estas comunidades adolecen de dificultades de sostenibilidad, tanto cuando tienen una aspiración empresarial como cuando no, debido en gran medida a que se ha naturalizado una visión de su funcionamiento en la que la mayor parte de las funciones relacionadas con su reproducibilidad son invisibles y están lejos de poder plantearse, discutirse y resolverse de manera colaborativa y responsable.