Resumen: El proceso de apertura al exterior que ha atravesado la economía española es un proceso clave para poder comprender la situación de nuestro país actualmente. La integración de España en la Unión Económica y Monetaria en 1999 y la creación del Sistema Monetario Europeo marcarían un nuevo curso para la economía española. La culminación de este sistema ha sido la puesta en circulación de la moneda única europea en enero de 2002, que ha modificado la forma en la que se regían las relaciones financieras entre los países, principalmente entre los Estados miembros de la Unión Económica y Monetaria (UEM). Las autoridades económicas de los estados miembros de la UEM han tenido que alcanzar su objetivo básico de contrarrestar los problemas económicos que originan las fluctuaciones del producto, el empleo y la inflación en un entorno diferente para cada país. En una situación en la que no es posible modificar los tipos de cambio nominales, alcanzar los objetivos de equilibrio interno sin el sacrificio del equilibrio externo ha resultado a muchos países un gran problema. Estos desequilibrios externos no han sido irrelevantes a la hora de analizar la crisis al que se enfrentó el área euro, como tampoco lo ha sido el proceso de integración en los años previos a la crisis (2002-2008) entre los países de la zona euro. Dicho proceso provocó la intensificación de las relaciones comerciales entre éstos, de forma que hubo un 3 cambio en el modelo de comercio de los países de la Unión Europea, pasando de una tendencia inter-industrial a una intra-industrial en todos ellos, entre los cuales se encuentra España.