Resumen: En los campamentos de Tindouf, situados en plena hamada argelina, conviven más de 160.000 saharauis exiliados que desde hace 42 años están inmersos en un enquistado conflicto político con Marruecos y gobernados por el Frente Polisario, que lucha por su autodeterminación. Al complejo contexto sociopolítico se unen las extremas condiciones climáticas y la falta de recursos económicos. El campamento de Bojador es uno de ellos, y ejemplo del papel clave que ejerce la educación en la sociedad saharaui, pues surgió alrededor de una escuela de formación para mujeres y acabó convirtiéndose en una wilaya independiente. En el presente trabajo se recoge la experiencia vivida por la autora en este campamento reflejando por una parte, la “arquitectura de resistencia” desarrollada y su evolución a lo largo de estos años y, por otra, el análisis de las tres escuelas o madrasas de Bojador que incluye, además, un estudio lumínico del interior de las aulas.