Resumen: La Semana Santa del Bajo Aragón histórico es considerada importante dentro del panorama turístico aragonés. Es una tradición que se remonta varios siglos atrás, aunque ha tenido su gran expansión y popularidad en las últimas décadas, en el marco de una cultura postmoderna donde ciertas manifestaciones religiosas pueden ser vividas simultáneamente como expresión de honda espiritualidad o, desprovistas de toda referencia trascendente, como una mera performance, como un verdadero espectáculo capaz de atraer incluso al ateo más recalcitrante. Ver "romper la hora" o asistir a las diferentes procesiones es así el origen del flujo turístico que tiene por destino los pueblos aragoneses en que esta forma tradicional de vivir la Semana Santa se manifiesta año tras año. En las páginas que siguen vamos a intentar explicar la génesis, evolución e impacto territorial, así como las claves espaciales que están detrás de ese flujo turístico.